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Una vida consagrada

Croix de Jésus
Constitutions et Règles

al servicio del amor, siguiendo a Jesús,
el Hijo de Dios resucitado,
que se hizo servidor del Padre
y de la humanidad.

«Por ellos ofrezo el sacrificio para que también ellos sean consagrados en la verdad.»

Juan 17, 19

La consagración religiosa

El compromiso a vivir los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia nos identifica con Cristo teniendo los mismos sentimientos y adoptando el estilo de vida que él eligió.

Fioriture
Fioriture

La castidad consagrada

Queremos vivir un amor universal traducido por el servicio. Obtenemos de la Eucaristía la fuerza de actuar siempre con una gran pureza de intención y mantenernos fieles a aquel que nos ha llamado a una alianza de amor.

Un sano equilibrio entre la oración, el trabajo y el descanso hace de nuestra castidad un factor de plenitud y armonía.

La vida comunitaria

Congregadas por causa de Jesús, nos comprometemos comunitariamente en un mismo proyecto de vida. Estamos llamadas a vivir juntas el mandamiento del amor. Procuramos que nuestra vida fraterna esté impregnada de acogida, sencillez y de perdón.

La caridad hace que las diferencias de edad, cultura y mentalidad de cada una se complementen y enriquezcan. Compartimos valores, alegrías, penas, tareas, tiempo libre y bienes materiales en un ambiente de confianza. Al vivir nuestra vida cotidiana juntas, combinamos nuestros conocimientos y experiencia para el bien común. Animadas por nuestras compañeras, descubrimos las posibilidades de crecimiento espiritual que ofrecen los acontecimientos de la vida.

Respetando las estructuras establecidas según nuestras Constituciones y Reglas, damos una gran importancia a la primacía de la persona. Somos solidarias de un proyecto común y una herencia espiritual común.

Entre nostras, las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, la vida comunitaria es dinámica. Nos apoyamos mutuamente porque somos hermanas en la familia religiosa que hemos elegido.

Como todas las familias, tenemos secretos. Si tiene curiosidad, permítanos contarle algunos.

Un modelo concreto de vida consagrada

El testimonio más significativo para nosotras de una persona fundamentalmente consagrada es sin duda el de la Madre Marie-Léonie Paradis, nuestra fundadora. Su historia nos permite comprender la fuerza de la llamada a la vida religiosa. 

Alodie-Virginie (Élodie) Paradis
Polaroid

Alodie-Virginie (Élodie) Paradis,

niña

La llamada puede ocurrir a cualquier edad

Dios toca el corazón de las personas que llama

Desde muy joven, Alodie-Virginie (Élodie) Paradis sintió un gran amor por Dios y una atracción por la vida religiosa. El Señor trabajó en su corazón.

Testigos se encuentran en nuestro camino

A través de un amigo de la familia que la visitaba, Élodie se enteró de que en la comunidad de la Santa Cruz había hermanas que se dedicaban, entre otras cosas, al servicio doméstico de los establecimientos religiosos. Inmediatamente se sintió llamada.

Élodie Paradis postulante
Polaroid

Postulante 

(14 años)

La necesidad de consagrarse es más fuerte que todo

Nos sentimos atraídos por el camino que Dios nos ofrece

Élodie sólo tenía 13 años cuando pidió permiso a su madre para entrar en comunidad. En ausencia de su padre, fue su madre quien accedió a su petición y la condujo al postulantado de las Marianitas.

La determinación crece hasta el punto de superar los obstáculos

Cuando regresó a casa, el padre de Élodie estaba angustiado. Lo intentó todo para disuadir a su hija de la vida religiosa, pero nada resultó. Sabía cuál era su lugar, el lugar que el Señor había elegido para ella.

MML vie consacrée
Marie-Léonie novice
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Novicia

(17 años)

Afirmarse en su elección lleva tiempo

Una reflexión se impone

El discernimiento y los primeros pasos rara vez se dan en un chasquido de dedos. Este don de sí mismo debe ser una decisión meditada, aceptada con confianza y entrega a la voluntad de Aquel que llama. 

Algunos están predispuestos a ello, otros tienen que adaptarse

Élodie no tuvo dificultades para integrarse en su nueva comunidad. Durante su postulantado y noviciado, fue ejemplar en todos los sentidos. Fue un modelo de piedad, generosidad, obediencia, sociabilidad y humildad.

Escoger a Jesús es para toda la vida

Soeur Marie-de-Sainte-Léonie
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Religiosa

(23 años)

Dime qué amor tiene y le diré quién es usted...

Cada alma consagrada tiene sus propias razones para elegir seguir a Cristo. Para Élodie, convertida en sor Marie-de-Sainte-Léonie, es el amor, sencillamente, como ella misma escribe: «Este corazón que siente una necesidad tan grande de expresar su gratitud a quienes lo aman y le hacen el bien, este corazón, ¡Dios lo ha hecho tan sensible y tan amoroso!»

Cuando sabe de dónde viene, sabe a dónde va

Cuando la motivación es clara, también lo es la decisión. Sor Marie-de-Sainte-Léonie escribió: «¡Está hecho, Dios mío! Quiero ser suya y para siempre; le consagro mi alma con todas sus potencias, mi corazón con todos sus afectos, mi cuerpo con todos sus sentidos, ya no quiero vivir, ya no quiero respirar, sino por su amor y por su gloria.»

La vocación es una gracia

Mère Marie-Léonie
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Sor Marie-de-Sainte-Léonie

El camino a seguir es a veces sinuoso

Todas las opciones de vida, sean las que sean, tienen sus retos. A veces hay que pedir ayuda para tener la fuerza de continuar. Por supuesto que hay personas cercanas: familia, amigos, así como profesionales que pueden proporcionar un buen apoyo y consejos judiciosos, pero cuando uno elige la vida consagrada, hay algo más que eso.

«Pidán y se les darán.» (Mateo 7, 7)

Sor Marie-de-Sainte-Léonie supo reconocer sus debilidades y apoyarse en quienes velaban por ella desde el cielo. Solía decir: «Oh María, apoye mis pasos vacilantes, aleje de mí todas las oportunidades de caer en el abismo del pecado; y fortalecida por su protección maternal, espero alcanzar el fin que Dios me propuso cuando me llamó a la vida religiosa.»

Avanzar hacia la santidad es dar ejemplo

Bienheureuse Marie-Léonie
Polaroid

Madre Marie-Léonie

Después de la consagración, la misión

Sor Marie de Sainte-Léonie quiso concretar su amor a Dios realizando una misión, la de servir a Cristo en sus sacerdotes. Fue un modelo tan grande que fue fuente de inspiración para otras jóvenes, para las que se convirtió en una madre como fundadora del Instituto de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia.

Una referencia intemporal

El modo en que la Madre Marie-Léonie vivió su vida consagrada, poniendo por delante la caridad y la sencillez, sigue siendo un ejemplo a seguir para todas les personas que aspiran a entregar su vida al Señor.

 

«Ámense los unos a los otros como yo los he amado...»

(Juan 13, 34)

Testimonios de nuestras religiosas

«Primero trabajé en casas privadas y luego en un hospital, donde las condiciones eran mejores. Al igual que mis hermanas, podría haberme quedado allí, pero un encuentro con un hermano de la Santa Cruz me inspiró a tomar otro camino. Desde entonces, mi vida religiosa es tranquila, vivo en la presencia del Señor y lo amo.»

Sor Marie-Anna

«Sentí la llamada de Dios en mi primera comunión y confirmación, y esta llamada se hizo más fuerte a los 17 años. Mi familia no aprobaba mi elección, pero Dios me dio la fuerza para continuar. Hoy estoy llena de gratitud, su gracia está conmigo. Dedicarme a él es mi mayor deseo.»

Sor Reina Margarita

«Antes de entrar en el convento estaba comprometida, pero nunca me atreví a casarme. Recé para conocer mi vocación y obtuve mi respuesta. Mi elección sorprendió a todos. Desde que entré en el convento, el Señor siempre me ha apoyado y llenado de gracias, le doy las gracias por haberme llamado a esta hermosa vocación.»

Sor Rose Ida

Église bouquet d'amour

«Había un pequeño cuadro en mi clase en la escuela donde decía castidad, pobreza, obediencia. No entendía la grandeza de estas palabras, pero conocía su sentido. Lo olvidé cuando crecí, pero más tarde estas palabras volvieron a mí cuando Jesús me invitó a dejar mi comodidad para convertirme en su esposa. Qué bonito es eso.»

Sor Alice

«No sabía nada de la vida religiosa, era impensable para mí. El Señor puso en mi camino acontecimientos que me llevaron a pensar lo contrario: escuché un reportaje en la radio, fui a un retiro y conocí a una religiosa. Entonces supe que sólo Dios podía llenar mi corazón. Le estaré eternamente agradecida.»

Sor Suyapa

Si cada alma consagrada es una flor...

«Pensar en la vida religiosa me parecía una locura. No se correspondía con los objetivos de vida que me había marcado. Después de conocer a una religiosa, algo cambió en mí. No sabía qué hacer. Lloré, pensé, recé, y entonces comprendí que el Señor me estaba esperando. Ahora estoy viviendo una verdadera historia de amor.»

Sor Helen Elisa

... entonces la Iglesia es un ramo de amor.

«Jesús llama a todas las edades y nuestro bautismo es ya una llamada a seguirle. A los siete años, antes de dormir, arrodillada junto a mi madre, rezaba mi oración. Por un momento mi alma se llenó de una luz que me sobrecogió, y nunca más esa presencia me abandonó, y me llenó de alegría.»

Sor Lisette

«En casa cuidaba de los ocho niños de la familia. Estaba acostumbrada a una casa donde hay mucha actividad. Adaptarse al silencio y la calma del convento no fue fácil, pero conocí modelos en la comunidad y Dios me permitió encontrar la felicidad allí.»

Sor Hélène

«Tenía catorce años cuando sentí que el Señor me llamaba a algo especial. Lo viví con miedo, ya que era difícil dejar ir a mi madre, pero también sentí alegría. La llamada seguía ardiendo en mi interior, así que respondí a ella.»

Sor Rosa Ahide

«Mi madre había pensado en hacerse religiosa, mi padre quería ir a una misión, pero al final optaron por el matrimonio. De la unión de estos dos cristianos, fui yo quien decidió consagrar mi vida a Dios. Fue cuando tomé el hábito que realmente tuve la sensación de entregarme al Señor.»

Sor Gisèle

Y usted, ¿cuál es su vocación?

¿Tiene una aptitud especial para atender a las personas? ¿Trabajo manual?  ¿Enseñanza? ¿Gestión empresarial? Hay tantas posibilidades... 

¿Ha pensado en la vida consagrada?

Esta puede ser la opción adecuada para usted si se identifica con alguna de las siguientes afirmaciones.

  • Quiere profundizar su vida cristiana.

  • Siente un fuerte movimiento interior.

  • Ha sido tocado/a por un desafío externo o una palabra de la Biblia.

  • Ha sido inspirado/a por alguien que ha entregado su vida a Dios.

  • Un acontecimiento le ha perturbado y le ha hecho volver a lo esencial.

  • Tiene la impresión de recibir una invitación interior insistente y apremiante.

¿Se reconoce a sí mismo? Entonces quizás la vocación ya está dentro de usted. Esta presencia persiste y le inspira a actuar.

 

¡Esta es la llamada! ¡Contesta!

Jésus

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Ven, sígueme.

Juan 14, 6; Mateo 19, 21

Si tiene dudas, si se encuentra en un periodo de interrogación, no dude en consultar los distintos recursos a su disposición. Le sugerimos:

  • la lectura de la Biblia

  • la lectura de la vida de varios santos y santas, así como la de la beata Marie-Léonie Paradis

  • una profunda reflexión sobre sus necesidades, sus deseos, lo que le anima

  • una consulta con personas consagradas para escuchar su testimonio

  • el acompañamiento de un sacerdote

  • una búsqueda en Internet sobre las diferentes comunidades, su carisma y su misión

Todos los miércoles, la comunidad de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia reza el rosario diario por las vocaciones. Cuéntenos su recorrido, estaremos encantadas de acompañarle en la oración.

Rece con nosotras

Que sea por sí mismo, por un ser querido o por el bien de la Iglesia, le sugerimos que rece esta oración a la Sagrada Familia para que los cristianos y cristianas abran su corazón a la llamada del Señor y respondan con amor, confianza y abandono.

Oración a la Sagrada Familia por las vocaciones

Jesús, María, José,

profundamente atentos a la voluntad del Padre,

despiertan en los corazones de los llamados

este mismo deseo por la alegría de nuestro Padre.

Oh Jesús, Hijo amado de nuestro Dios,

envíe a estas personas el Espíritu de la sabiduría

para que pueda modelar su imagen en ellos

para hacerlas hijas e hijos como usted.

Oh María, dulce y tierna madre,

por su sí humilde y cariñoso,

invite a muchas personas a seguir a su Hijo

en la apertura, la disponibilidad y el ímpetu de su Visitación.

 

Oh José, sombra del Padre y discreto carpintero,

vigile las llamadas que se escuchan en el fondo de nuestros corazones

y haga que el ardor de la primera invitación

dé alas a la Buena Noticia del Resucitado.

Jesús, María, José,

escuchen nuestra oración. Amén.

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